Lady Eleanor Ashford siempre tuvo un mal presagio sobre aquella travesía y, efectivamente, se cumplió cuando su barco fue abordado por el de Richard Blackwood, el
Fénix Negro
, el más temido pirata de su tiempo. Lo que jamás pudo imaginar es que entre ambos nacería una atracción salvaje y desenfrenada que les conduciría al sexo más apasionado de sus vidas, pero también a los constantes peligros de la vida en el mar.