La Biblia del Ateo Pragmatico y Espiritual: Nuevos conceptos físico espirituales de la vida

Ir en contra de gran parte de las cosas que han asolado el planeta a través de los muchos siglos de su historia, es una aventura demasiado compleja para ser denominada valentía, pues apenas debe ser considerada como un suicidio. Develar las mentiras, trampas, vicios y demás cosas que tratamos de hacer ver a las actuales generaciones simplistas, implica, necesariamente, el rechazo de aquellos que aún tienen como medio de supervivencia la estupidez de los que le rodean. Los mayores enemigos de la Humanidad siempre se han disfrazado de benefactores, y bajo su supuesto amparo se han cometido la mayor cantidad de atrocidades. Lo absurdo de las religiones, rayanas en la estupidez más denigrante para los creyentes no analíticos, ha sido siempre el gran negocio de los que dándose de clérigos o de fervientes seguidores de supuesta fe salvadora han dado al traste con las posibilidades reales de volver a los seres humanos verdaderamente sabios y hacer intentos realmente valiosos para alcanzar altos niveles de bienestar. El producto de sus turbios manejos solo ha servido para facilitar y promover guerras entre tribus, grupos, ciudades, estados o naciones y confederaciones mundiales. Las crueles Cruzadas que bajo el pretexto de hacer preponderar una religión sobre otra, facilitaban la muerte, el desastre, la destrucción total; o la Inquisición, que bajo la apariencia de severas leyes justas y equitativas simplemente eran la proliferación de los más ruines vicios libidinosos y corruptos que pueda uno imaginarse, y que se han continuado, bajo diferentes estandartes por los malvados seres que bajo el pretexto de su religión salvadora, asesinan impunemente en la forma más despiadada a seres inocentes, no ya en sus regiones originarias del Medio Oriente, sino llevando su ansia de sangre a los lugares supuestamente más civilizados de nuestro planeta. Para todos ellos, para los que aún comulgan con los desperdicios provocados por esas basuras humanas, es que va dirigido este libro, que se resigna, sin ningún temor a las posibles represalias de los bandoleros de la fe al intentar poder encaminar sanamente por caminos de inteligencia lógica, a todos los que por si mismos no son capaces de llegar a aproximarse a la verdad, y también con el fin de que vayamos unánimemente hacia la realización de comportamientos más acordes con lo que es de esperar del ser que dice ser lo más desarrollado del Universo, aunque haya demostrado ser vil, malvado y carente de toda verdadera inteligencia productora.