El Santo del Amor

Nelson Urdaneta es un periodista que gana fama de amante excepcional entre sus colegas y personalidades del mundo de la farándula en la Caracas de los años ochenta, hasta que sus correrías de lecho en lecho lo conducen a la muerte, emboscado por un esposo celoso a la salida de un bar. Sin embargo, esta abrupta y trágica desaparición no será más que el comienzos en el difícil camino hacia la santidad de este personaje, quien ahora, convertido en El Santo del Amor, tiene la tarea de complacer y cumplir los deseos de los creyentes que acuden hasta su tumba en el Cementerio General del Sur para pedir milagros de amor. Si bien la novela el Santo del Amor se desarrolla en Caracas, su historia podría haber ocurrido en cualquier otro tiempo, así como en cualquier otra ciudad de Latinoamérica, dentro de una región propensa a darle carácter mágico a lo extraño y, dado el caso, convertirlo en objeto de veneración. Pero, a diferencia de otros muertos milagrosos, Nelson Urdaneta, El Santo del Amor, se especializa en asuntos eróticos y del corazón. De hecho, El Santo del Amor es una versión latina de un culto que existe en el cementerio parisino Père-Lachaise, donde está enterrado el periodista decimonónico Víctor Noir. Ese sepulcro y la creencia de las despechadas francesas o turistas que acuden hasta él son la semilla de esta novela, sembrada en otra geografía, con personas que tienen costumbres distintas, pero que comparten la misma necesidad de ser queridas y el temor al abandono y a la soledad. Víctor Noir en la realidad parisina y Nelson Urdaneta en la ficción caraqueña son la esperanza para todos los que buscan el amor en el mundo.